sábado, 23 de noviembre de 2013

La lengua de la palabra 2. Del libro "Decir en los umbrales" (fragmento).

Aunque sabemos
que tiende a ser infinita la palabra "nosotros"
-porque tú y yo siempre tenemos asuntos pendientes-

Y sabemos incluso con dolor
lo definitivo de esta dulce pertenencia
de este vivir conteniéndonos
por quién sabe qué misteriosos caprichos esotéricos
por culpa quizá de la vida misma y sus malas costumbres poéticas

Aunque sé que para encontrarte
sólo tengo que mirar adentro
y que hay kilómetros que por mucho que se estiren musculosos
nunca llegan a ser una distancia
ayer   -mientras te ibas tarde abajo
flotando en el vapor de la belleza-
sentí que te llevabas todo
que contigo no sólo se marchaban como de costumbre
mi corazón renegado y sus testículos
sino que te llevabas todo a rastras
y mis átomos desertores te seguían
y eras una coladera voraz enamorando al mundo
un remolino en el medio de la tarde convencida
que sólo dejaba a sus espaldas
una sombra sucia con mi nombre

Aunque sé que para encontrarte
sólo tengo que mirar adentro
y que hay kilómetros que por mucho que se estiren musculosos
nunca llegan a ser una distancia
ayer sentí mientras te alejabas
que desde la acera
mi mano
nos decía adiós.