Máscaras.
Cuando
un día –de súbito-
entré
al mercado de los besos,
descubrí
con horror que no tenía rostro
Me
encontré en el piso una manzana y me la puse
y
las bocas de las niñas me rodearon,
pero
luego de comerme el rostro me dejaron solo
Me
encontré en el piso una caja de cigarros y me la puse
y
las bocas de las niñas me rodearon,
pero
luego de fumarme el rostro me dejaron solo
Me
encontré en el piso una canción y me la puse
y
las bocas de las niñas me rodearon,
pero
luego de cantarme el rostro me dejaron solo
Cuando
un día –de súbito-
salí
del mercado de los besos,
descubrí
con horror que ya tenía rostro,
y
que éste estaba hecho
de
cenizas de manzanas
de
semillas de cigarros
de
pisadas de canciones en la arena.
-A.G.
Hermoso poema, bienvenido.
ResponderEliminar¡Maravilloso!
ResponderEliminarUn abrazo desde el mar Tigre. Besos